Detesto que seamos como un barco a la deriva, que va y viene según el viento. Bueno, realmente creo que soy yo el barco, que yo voy y vengo según la corriente, no entiendo por qué me cuesta tanto ir de frente. Siempre dejo pasar el momento justo para decir lo que pienso de las cosas, todavía no comprendo como después de 16 meses no tenga la confianza suficiente para decirte lo que pienso. Tengo que planteártelo mañana, realmente tengo que hacerlo, porque esto así no puede seguir. Si la comunicación no es fluida, no es abierta, no es libre. Si no hay confianza y todo empieza a desmoronarse y lo único que hago es mirar a otro lado no puedo después quejarme de los resultados que acarrea.
Mañana elimino el nudo de la garganta y escupo todo, mañana tengo que enfrentarme a la realidad, a mi mente, tengo que contarte lo que traigo acá adentro, porque si somos dos, tengo que abrirme.
También pienso pedirte que pruebes tu sinceridad, porque te es tan fácil mentir, que dudo que seas capaz de hablar sinceramente. Da miedo el nivel al que pueden llegar tus mentiras, que tienen patas cortas, que se descubren si se le pone empeño.
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