9 de abril de 2014

Pensando

Estaba divagando por los rincones de mi cerebro, de mis ideas y todas esas cosas que acostumbro a destapar mientras me baño. Sagrado momento en el cual nos encontramos desnudos frente a nosotros y sólo a nosotros. Cuando tenemos privacidad y la vida comienza despues de la puerta.

Justo ahí, en el mejor momento del día, comencé a pensar en cuál es mi razón de ser en esta vida. Infinitas posibilidades se pechan en mi cerebro, así que decidí pensar en algo mas limitado, algo un poco más finito. Entonces digo ¿si mi vida acabara hoy de qué hubiesen servido mis años aquí? Pienso en muchas cosas, desde mi familia hasta amigos que mantengo y otros que siguieron por su senda. Mucho aprendí de todos, pero no dudo de haber sido de alguna ayuda para todos ellos. ¿Quién me lloraría más? Y ahí es donde entran las sorpresas del dolido de verdad. Cuando vemos que personas que creíamos que no tenían nada que ver con nosotros se sienten dolidos por nuestra partida. Entonces también me pregunto si mi vida era el fin, o era la muerte. Es decir, ¿mi deber era vivir de determinada manera o morir de una forma en específico? Porque muchas muertes nos dejan más lecciones y momentos de reflexión que sus vidas en sí.

Y también pienso que hay personas que viven una vida de determinada manera para terminar siendo sabios antes de partir; sabios de la vida. Entonces, al transmitir esos conocimientos, marcan a ciertas personas y les permiten compartir toda esa sabiduría y la suya propia con el mundo, a través de libros quizás.

En fin, vivamos, porque ese es el sentido de la vida.

Que este día sea sumamente memorable, abrazo, Leslie

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